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21 de julio de 2017Actualización del nuevo código técnico de la edificación CTE 2018
5 de octubre de 2017La Generalitat de Cataluña ha publicado el 1 de agosto de 2017 una nueva línea de ayudas para la instalación de baterías en techos y azoteas que cuenten con placas fotovoltaicas para autoconsumo de energía eléctrica.
El importe de la subvención será, como máximo, del 70% del coste total de los gastos del sistema de almacenamiento con baterías de la tecnología ión-litio, con un límite de 5.000,00 euros por sistema.
A los efectos de esta Resolución se considerarán gastos subvencionables los siguientes:
- Batería/as de almacenamiento de energía eléctrica que tengan las siguientes características: tecnología ión-litio; capacidad nominal de almacenamiento igual o superior a 2 kWh; capacidad nominal de almacenamiento igual o inferior 50 kWh; y garantía mínima por parte del fabricante de 5 años.
- Inversor/es o convertidor / es de corriente continua (DC) procedente / s del generador fotovoltaico en corriente alterna (AC), asociado a la instalación de almacenamiento.
- Regulador/s de carga.
- Sistema de control y monitorización, asociado a la instalación de almacenamiento.
- Cableado asociado a la instalación de almacenamiento.
El Gobierno, a instancias del Parlamento de Cataluña, trabaja en la definición de un nuevo modelo energético basado en la eficiencia y las energías renovables donde el acceso a la energía se convierte en un derecho fundamental para la calidad de vida los ciudadanos y la competitividad de las empresas, y donde se asume la necesidad de afrontar con valentía las externalidades ambientales y la salud del modelo energético actual. Cataluña es un país rico en el recurso energético solar, que se presenta de forma distribuida a todo su territorio.
Las tecnologías solares para la producción de energía eléctrica han experimentado una evolución tecnológica que ha permitido reducir su precio en los últimos cinco años en más del 80%, al tiempo que ha mejorado la eficiencia.
La generación eléctrica en Cataluña el día de hoy se fundamenta en un modelo centralizado de grandes instalaciones de generación y de líneas de transporte de larga distancia que emplean, en un 83%, combustibles fósiles y uranio.
Cataluña no dispone de actividades extractivas y mineras que proporcionen estos recursos energéticos, a la vez que el bajo porcentaje en renovables nos hace diez puntos más dependientes del exterior que la media de países europeos, con los consecuentes riesgos socioeconómicos que ello supone.
Aprovechar el recurso abundante de energía solar que dispone Cataluña nos permitiría reducir la dependencia del exterior y también reducir, al mismo tiempo, las emisiones contaminantes a la atmósfera, tanto de gases y partículas nocivas para la salud como de gases de efecto invernadero.
La bajada de precios de la tecnología fotovoltaica, así como el recurso solar abundante distribuido por todo el territorio catalán, hacen viable que la energía se genere más cerca de los puntos de consumo, o incluso en estos mismos puntos, y se reduzcan así las pérdidas por transporte y distribución.
El documento de Bases del pacto nacional para la transición energética en Cataluña, aprobado por el Gobierno en la sesión del día 31 de enero de 2017, incide en el camino de avanzar hacia un modelo energético renovable pero también en la necesidad de que la energía se democratice, por lo que el documento de Bases atribuye un peso muy importante en las estrategias, las líneas de financiación y las medidas de fiscalidad y las ayudas para de impulsar las tecnologías que permitirán a los ciudadanos y los consumidores generar, consumir, compartir, almacenar y vender la energía que ellos mismos generen.
La energía solar fotovoltaica, sin duda, es una de las principales tecnologías que contribuirá significativamente al desarrollo de este nuevo modelo, tanto en términos de incrementar la eficiencia energética y facilitar la integración de energías renovables en el sistema eléctrico, como de reducir las emisiones contaminantes, de reducir la alta dependencia energética de Cataluña y, en último lugar pero no menos importante, de democratizar el modelo energético.
La reducción drástica del coste de los módulos fotovoltaicos en los últimos años ha provocado que la producción de la energía eléctrica de origen solar sea completamente competitiva y que el autoconsumo fotovoltaico sea una alternativa viable y eficaz en todos aquellos casos que se dispone del recurso solar. Tanto es así que, en estos momentos, se hace absolutamente innecesario subvencionar este sector. Sin embargo, los costes por tasas y los impuestos de las diferentes administraciones, así como los impedimentos administrativos de los puntos y los contratos de conexión por parte de las compañías distribuidoras -incluso para instalaciones que no verterán energía a la red- dificulta mucho que los ciudadanos lo vean como una tecnología atractiva y, en muchos casos, incluso los medios de comunicación, mal informados, se han encargado de difundir que las instalaciones de autoconsumo eléctrico conectadas a la red interior de un consumidor son ilegales.
Este despropósito legal y de comunicación para permitir que los ciudadanos de Cataluña aprovechen la energía solar para generar electricidad tiene origen, en parte, en la legislación vigente en España y de aplicación en Cataluña: el Real Decreto 900/2015, de 9 de octubre, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las modalidades de suministro de energía eléctrica con autoconsumo y producción con autoconsumo (BOE núm. 243, de 10.10.2015).
El Real Decreto 900/2015, de 9 de octubre, mencionado, a pesar de suponer un freno para el autoconsumo fotovoltaico y negar las bondades que este aporta al sistema eléctrico en eficiencia, en recurso renovable y autóctono, y en precio, sí que orienta aquellos aspectos en los que se podrá trabajar desde las administraciones favorables a el autoconsumo fotovoltaico para permitir que este avance.
En este sentido la penalización económica el almacenamiento eléctrico en baterías y el llamado “impuesto al sol” convierten limitaciones reguladoras pensadas en clave de garantía de sostenibilidad económica de un modelo energético centralizado y liberalizado desde el año 1997.
A pesar de este marco legal desfavorable al uso y el aprovechamiento de la energía solar por parte de los consumidores, se ha de poner en conocimiento de los interesados que existen muchas posibilidades para su desarrollo, especialmente en cuanto a su uso en el ámbito doméstico, donde no se aplica el “impuesto al sol”.
Desde el Gobierno de la Generalitat se quiere dar un mensaje claro e inequívoco de apoyo y compromiso firme con el autoconsumo eléctrico, y en especial a la necesidad de aprovechar el recurso energético más abundante de Cataluña, el Sol. Esta es una posición alineada con la política europea y con el paquete reciente de medidas presentado por la Comisión Europea el pasado mes de noviembre (Clean Energy for all Europeans), que tiene como objetivos fundamentales dar prioridad a la eficiencia energética, convertir la Unión Europea en líder mundial de energías renovables y ofrecer un trato justo a los consumidores.
Es en este marco que el Gobierno ha publicado el Acuerdo GOV / 11/2017, de 7 de febrero, por el que se aprueba la Tabla de impulso al autoconsumo fotovoltaico en Cataluña (DOGC núm. 7305, de 02.09.2017), para facilitar la actuación conjunta y la coordinación de los diferentes actores implicados en el autoconsumo (administraciones públicas, empresas y asociaciones profesionales del sector fotovoltaico y del almacenamiento, distribuidoras y comercializadoras de electricidad, colegios profesionales y asociaciones de consumidores) con el fin de lograr una mejor y más rápida introducción del autoconsumo fotovoltaico en Cataluña para avanzar hacia un sistema de generación eléctrica más limpio, más distribuido y con una mayor participación ciudadana. Si bien la tecnología fotovoltaica a día de hoy no requiere ayudas para su viabilidad económica, las limitaciones reguladoras del Real Decreto 900/2015, de 9 de octubre, mencionado, como la fiscalidad que penaliza el almacenamiento eléctrico en baterías para poder consumir la energía que se genera en horas de sol en las horas en que el ciudadano lo desea, limita mucho su viabilidad real a aquellas viviendas que hacen la mayor parte del consumo en el horario de producción. A esta limitación se le añade la imposibilidad, de nuevo reguladora, de poder utilizar la red como almacén de la energía aplicando lo que se conoce como “balance neto”.
Toda esta serie de prohibiciones y penalizaciones económicas y legales -que no técnicas – hacen que en muchos casos aprovechar la energía del sol, el recurso energético más distribuido y más abundante en Cataluña, sea inviable.
En este sentido, y ante la dificultad de compartir la energía generada y de realizar el balance neto, el uso de baterías es imprescindible para dar viabilidad técnica y económica a las instalaciones solares fotovoltaicas en régimen de autoconsumo. Sin embargo, el coste de estos sistemas de almacenamiento en muchas ocasiones es un factor que limita la viabilidad económica de estas instalaciones.
El Gobierno de la Generalitat tiene claro que apostar por un modelo renovable y distribuido requiere disponer de un almacenamiento de energía eléctrica para todo territorio que garantice disponer de electricidad cuando el recurso renovable no sea suficiente.
Las inversiones privadas por parte de los consumidores que dispongan de instalaciones fotovoltaicas y baterías contribuirán al objetivo del Gobierno de lograr un modelo energético eficiente, renovable, distribuido y democrático y con menos costes de importación de recursos energéticos fósiles y nucleares.
Enlace al Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya Núm. 7424 – 1.8.2017
Pedro García Gómez
Jefe División Energías Renovables, Calderas- Emisores & ACS
Head Renewable Energy, Boilers & SHW Division
Salvador Escoda, S.A